dijous, 10 de novembre del 2011

ACTORS STUDIO II



Lee Strasberg recordaba así a James Dean:



-"No trabajó mucho, pero asimiló enseguida el sistema y no fué difícil. Me parece que le tenía un poco de miedo a las sesiones, pero siempre se lo podía ver en primera fila, observando todo. Era un chico atractivo, sucio y extraño, que en su breve paso por este mundo, llevó como nadie la marca de fábrica del taller. Había recalado en el estudio a los 20 años, casi siempre llegaba tarde, improvisaba mucho y pedía a todos dinero que nunca devolvía, lo hacia con cualquiera que se cruzaba por los pasillos"-.

                                    


-" Mi querido Pacino era un alumno aventajado, culto, disciplinado, con inmensas ganas de trabajar. Estaba siempre antes de la hora estudiando sus diálogos, él y Brando eran muy amigos, pero Pacino no soportaba a James Dean, le parecía un prepotente, y un vago. Años después tuve el privilegio de ver a Brando y Pacino juntos en esa trilogía maestra, en la cual yo también participé, que es EL PADRINO"-




El Sistema de Enseñanza


El sistema prioritario de la escuela: 

1- Olviden por completo los sentimientos y pongan toda su atención en las imágenes internas. Estúdienlas con todo el cuidado posible y descríbanlas lo más precisa, completa y vivamente que puedan.

2- Cuando consideramos un fenómeno, cuando nos imaginamos un objeto, un acontecimiento, o traemos a la mente experiencias de la vida real o imaginaria, no solo reaccionamos a esas cosas con nuestros sentimientos, sino que les pasamos revista con nuestros ojos interiores. Sin embargo, al hacer esto en teatro nuestra visión interior debe tener relación sólo con la vida del personaje y no con nosotros mismos como actores. 

3- Por eso es por lo que, cuando estamos en escena, nuestra principal preocupación debiera ser siempre reflejar en nuestra propia visión interior elementos semejantes a los que ocuparían la visión interior del personaje. Esta corriente interna de imágenes, alimentadas por toda clase de invenciones ficticias, así como por las circunstancias dadas, confiere vida a un personaje, le proporciona una base para todo lo que el personaje realiza: 

 1-Ambiciones
      2-Pensamientos
  3-Sentimientos



Y sobre todo, es una gran ayuda para que el actor concentre su atención en la vida interior del personaje. Para ellos debemos disponer de una verdad, aunque sólo sea la verdad de la imaginación, en la que puedan creer, dentro de la que puedan vivir. Por otro lado, al intentar comunicarlo ...Se deben preocupar de que el objeto de su atención no solo oiga y comprenda el significado de sus palabras, sino que también vea en el ojo de su mente lo mismo que ustedes, mientras les hablan. Lo importante es que se propongan un objetivo y traten de llevarlo a cabo. Lo importante es cómo tratan de actuar sobre su compañero o interlocutor, sobre su visión interna, que es lo que están ustedes intentando en este caso concreto. Se trata de un proceso por partes muy pequeñas. Al mismo tiempo que se hace esto, hay que tener en cuenta la totalidad de lo que se quiere comunicar. Para uno todo está claro, pero para el interlocutor todo es nuevo, debe ser descifrado y absorbido. Esto requiere un cierto tiempo, y si se salta ese tiempo el diálogo se convierte en algo incomprensible Por ello se debe crear esa corriente explicativa, bajo el diálogo hablado de una obra de teatro. Pues si no hay una historia comprensible que compartir no hay nada en que basar un subtexto explicativo. Son las imágenes interiores las que nos sirven de señuelo al tratar las palabras y la forma de hablar, son ellas las que, como el pintor o el poeta, con el ojo de la mente, nos permiten describir lo que vemos y como lo vemos. 

Mucho se ha criticado este método por muchos, al utilizarse la memoria emocional y la identificación con el personaje, tan total como sea posible, conduciría a una fascinación con secuelas de neurosis, y también es famosa la presunta actitud “tiránica” de Strasberg hacia sus discípulos. Se llegó a comentar que Marilyn Monroe le acusó una vez de sumirla en una depresión, cuando representaba Anna Christie, basada en la obra de Eugene O´Neill.





El Actors actualmente.



Lee Strasberg murió en 1982, y su hija, Susan, continuó la dirección de la escuela, hasta 1999, en que también falleció. Actualmente, la institución está presidida por Ellen Burstyn, Harvey Keitel, y Al Pacino. Su sitio oficial puede ser visitado en la dirección: http://www.theactorsstudio.org/ Se hizo una seria de documentales Insight The Actors Studio, exhibida en diferentes canales de la televisión por cable, donde se ofrece en cada entrega un reportaje profundo de diferentes figuras que han pasado por esta institución. Siempre recordaré a Lee Strasberg, por su personificación de Don Fanucci, en El Padrino II.de Francis Ford Coppola, y a Susan Strasberg por su excelente trabajo en Psych-Out, de Richard Rush, encarnando el papel de Jenny Davis, una muchacha pueblerina que llega a San Francisco con la intención de encontrar a su hermano. Ambos son excelentes referentes del método, él como precursor y amante de las teorías del maestro Stanislavski. y ella digna sucesora de su padre.






Actors Studio, la escuela.



Siempre me han preguntado que pueden tener en común Brando, Jack Nicholson o Cristopher Walken, mi respuesta siempre ha sido la misma: Haber comenzado sus respectivas carreras en la misma escuela: Actor’s Studio. Es muy posible que eso explique también por qué cualquiera de los tres, cada uno a su manera, puede simbolizar perfectamente un modo de actuar en el que la interpretación resulta tan creíble que el espectador a menudo tiene dificultades para distinguir a la persona del personaje. Dos hombres de teatro, Cheryl Crawford y Robert Lewis y un prometedor director de cine que rodaría grandes obras maestras del cine en los siguientes años, Elia Kazan, decidieron crear, en pleno corazón bohemio de Manhattan, una escuela de interpretación para simplificar el Group Theatre, que durante la década anterior había introducido en Nueva York, uno de los mejores sistemas de interpretación, el método Stanislavski. Si el concepto de “vivir” la interpretación había revolucionado la escena independiente en Broadway después de ser difundido por el Group Theatre, la creación del Actor’s Studio unos años más tarde supondría un cambio sin precedentes en el concepto de lo que debe ser un actor de cine. Tanto es así que dicho concepto sigue vigente todavía en pleno siglo XXI. Para hacernos una idea aproximada de la trascendencia que tuvo esta escuela en la historia del cine, basta comparar el modo en que se aproximaban a sus personajes James Stewart, Spencer Tracy, Greta Garbo o Bette Davis, con el que eligieron alumnos del Actor’s Studio como Montgomery Clift, Robert De Niro, Marlon Brando, Al Pacino, Anne Bancroft o Ellen Barkin. Independientemente de la calidad de ambos trabajos, unos convirtieron a sus personajes en una especie de arquetipos, más grandes que la vida misma, mientras que estos últimos, se esforzaron para que la vida cotidiana entrase en sus personajes. Ambos estilos loables, generosos, atrayentes y únicos, pero diferentes. Es más, como ejemplo diré que Marilyn Monroe y James Dean, que tal vez representan para el gran público el puente entre una y otra manera de entender la profesión, también fueron alumnos de la escuela fundada por Kazan. Sin embargo, han pasado muchos años desde 1947 y tampoco faltan voces muy críticas a la hora de evaluar la influencia del Actor’s Studio. Se ha señalado la facilidad con la que cualquier personaje puede convertirse en un ser atormentado cuando lo interpreta un actor como Brando, o en los tics que ese método de trabajo puede acabar generando entre actores que lo utilicen sin el talento de Paúl Newman o Al Pacino. En realidad, ese tipo de afirmaciones vienen a corroborar que el cambio que comenzó en un rincón de Manhattan y acabó transformando el mundo del cine no fuera muy positivo emocionalmente, pero de ningún modo negativo. 


El mundo cambió profundamente después de la II Guerra Mundial en mucho aspectos de la sociedad y el Actor’s Studio fue espejo de ese cambio en la esfera de la interpretación. La inocencia de los pioneros del cine se había esfumado. Finalmente, la Caza de Brujas en el ambiente opresivo y paranoico de la Guerra Fría terminaría por obligar a actores, guionistas y directores a posicionarse respecto a los acontecimientos, así como a replantearse la importancia y el sentido de sus profesiones y el mensaje que lanzaban al espectador. Ahora, más de medio siglo después, tanto la Caza de Brujas como la Guerra Fría son capítulos de una historia negra de connotaciones nazis, pero que afortunadamente terminaron hace tiempo, pero el Actor’s sigue siendo piedra angular sin la cual sería imposible entender un periodo de la interpretación que todavía subsiste. Por lo general, hoy en día, los intérpretes llevan en su forma de encarnar los personajes la impronta de su formación académica. 



Se puede escribir y mucho sobre este sistema, se puede desgranar las carreras profesionales de muchos hombres y mujeres que componen la lista que he detallado, pero pienso que las palabras directas de algunos actores, puede resultar mas atractivo para el lector y cinéfilos en particular. Quiero extraer los pensamientos, la técnica, los recuerdos y las vivencias de unos actores que fueron ejemplo, siendo referencia obligada en los cursos de interpretación de esta Escuela de Leyenda, no pueden estar todos, sería como el manuscrito de las cuatro epístolas, y mi intención es relatar de forma amena mis artículos. Pido disculpas si algunos de mis seguidores hubieran preferido otros nombres, personalmente creo que son cuatro nombres, similares entre sí, pero con una particularidad que les unirá siempre: Fueron alumnos de la escuela y haber escuchado mas de una vez ésta frase de Konstantin Stanislavski, que les hizo crecer interiormente: 

"Deja los zapatos sucios a las puertas del escenario. Y con ellos, deja todas las preocupaciones, rencillas y la pequeña incomodidad que hace difícil vivir."
Ellos son:

MARLON BRANDO
AL PACINO
JANE FONDA
ROBERT DE NIRO.
KARL MALDEN.

Quiero destacar, parte de las entrevistas que a Marlon Brando y Al Pacino les hizo el escritor Lawrence Grobel, nadie como estos dos genios de la interpretación para comprobar sobre el terrero la influencia de su aprendizaje, como los comentarios sobre su carrera hechos por Jane Fonda y Robert de Niro, nombres de mucho peso aún en el panorama cinematográfico mundial.





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