EL TEATRO DE FEDERICO GARCIA LORCA
Federico García Lorca nació en Fuentevaqueros (Granada) en 1898. Estudió en su ciudad Derecho y Filosofía y Letras hasta 1919, año en que se trasladó a la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde conoció artistas como Moreno Villa, Emilio Prados o Salvador Dalí.


Su primera obra para teatro, El maleficio de la mariposa (20/3/1920) es un drama infantil de insectos:

A esta obra sigue La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón estrenada en función semiprivada el 5/1/1923. Es un cuento infantil de cómo el príncipe conquistó el amor de la niña Irene.


El primer gran éxito de Federico fue Mariana Pineda, estrenado en octubre de 1927 y publicado al año siguiente. Este romance popular dramatizaba el amor de la heroína por el conspirador liberal Pedro de Sotomayor. Descubierta Mariana por la bandera que borda, muere para no descubrir a los conspiradores. A la muerte histórica de Mariana (1831) añade Lorca la noticia del fusilamiento de Torrijos y la presencia de las dos hijas de la heroína viuda -hijo e hija en la realidad-.
En la obra se ven constantes de Federico: el amor, la libertad y el respeto por la condición femenina. El romanticismo inicial de su teatro se refleja, incluso, en la ambientación de este drama, que, por ello, se ha visto injustamente criticado como imitación del teatro decimonónico.
Entre 1925 y 1928 escribe nuestro autor lo que consideramos diálogos no representables: El paseo de Buster Keaton, La doncella, el marinero y el estudiante, Quimera, Diálogo mudo de los cartujos, Diálogo de los dos caracoles o el modernamente titulado Diálogo con Luis Buñuel. Son brevísimas incursiones dentro de la vanguardia, a las que podríamos añadir el Diálogo del Amargo y otros d ispersos en sus libros de poesía Entre los acontecimientos relevantes en la vida de nuestro autor figura un viaje en 1929 a Nueva York, por motivos aún discutidos. Se cerró con una visita a Cuba
Entre 1925 y 1928 escribe nuestro autor lo que consideramos diálogos no representables: El paseo de Buster Keaton, La doncella, el marinero y el estudiante, Quimera, Diálogo mudo de los cartujos, Diálogo de los dos caracoles o el modernamente titulado Diálogo con Luis Buñuel. Son brevísimas incursiones dentro de la vanguardia, a las que podríamos añadir el Diálogo del Amargo y otros d ispersos en sus libros de poesía Entre los acontecimientos relevantes en la vida de nuestro autor figura un viaje en 1929 a Nueva York, por motivos aún discutidos. Se cerró con una visita a Cuba


Son muchas las obras que influirían en Lorca, junto a las citadas aleluyas. A la huella de Lope de Vega, añadiríamos ecos de Valle-Inclán o, incluso, de Unamuno, en sus últimos dramas. Nuestro poeta denuncia la falsa moral burguesa y propone una relación más auténtica entre los sexos, donde el erotismo puro tenga un lugar preponderante.
Del surrealismo surge Así que pasen cinco años, subtitulado Leyenda del tiempo. En ella, cierto joven aguarda los cinco años de plazo pedidos por su novia. Cuando se cumplen, ella vive entretenida con otro amante y rechaza al joven. Su secretaria, que le amaba, aprovecha la ocasión para conquistarlo, pero, antes de aceptarlo, pide al joven que espere otros cinco años. Éste muere en una partida de cartas contra tres jugadores.
La obra se centra en el tema del tiempo, por debajo del cual, late la muerte. Una serie de símbolos: la muerte de un niño, de un gato... hasta la del propio protagonista, nos recuerda esta obsesión del teatro lorquiano.
En esta misma línea de teatro irrepresentable escribe El público (h.1930), drama en cuadros.


García Lorca manifestó su voluntad de plasmar aquí los deseos del público, enmascarados en símbolos y motivos inspirados por autores como Jean Cocteau, bien conocidos por los iniciados en el teatro de vanguardia.


Con la proclamación de la Segunda República, Federico pasa a dirigir La Barraca, compañía teatral que difunde por los pueblos de España el teatro de nuestros Siglos de Oro, con obras como La vida es sueño, entremeses de Cervantes, etc.
La obra más brillante de García Lorca podría ser Bodas de sangre, tragedia estrenada el 8/3/1933. Su autor la considera primera parte de una trilogía que no llegaría a completarse. Se pudo inspirar en un hecho real: el rapto de una novia en el día de su boda por un antiguo amante. La venganza del novio se salda con la muerte de los dos hombres. Lorca recordaba la tragedia griega presentando, en el tercer acto, un coro de leñadores, una luna y un desenlace sangriento, que, recuerda El caballero de Olmedo.

Un poema granadino dividido en "jardines" y con escenas de baile será Doña Rosita la Soltera o el lenguaje de las flores (1936): Rosita ve consumirse su vida por fidelidad hacia su primo, que anuncia el matrimonio por poderes desde América, pero engaña a Rosita. Ésta asume con dignidad su drama y acepta sin amargura su situación.

Este drama no completaba la trilogía trágica de Lorca, que en cierta ocasión sugirió cerrarla con La destrucción de Sodoma, obra de la que desconocemos todo.
Aunque no existía en La casa de Bernarda Alba un coro trágico, Bernarda ganaba una altura digna de Penteo en Las Bacantes de Eurípides, cuando procura imponer el orden en Tebas.

Otro texto fragmentario recuperado es Los sueños de mi prima Aurelia, donde la literatura se superpone a la realidad a través de las lecturas de un grupo de muchachas.
Al poco de comenzar la Guerra civil española, Federico García Lorca se trasladó a Granada, donde muere asesinado en agosto de 1936, en circunstancias mal aclaradas.
Muy por encima de lo que hoy simboliza nuestro autor, su teatro queda como un ejemplo de experimentación, cuyo único tema fue la libertad, en su vertiente política, individual, moral o sexual: de la libertad en el único sentido de la palabra.
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